Below please find the prepared remarks by Pima County Attorney Laura Conover regarding the investigation into the officer-involved shooting that occurred Nov. 29, 2021, at the Lowe’s store at 1800 E. Valencia Road. Spanish translation of the remarks also are included below.
Thank you for joining us on short notice.
En este momento, enviarémos estos comentarios en español a nuestros socios de medios, y con nuestro agradecimiento.
Late yesterday a Pima County grand jury determined a manslaughter charge is appropriate in the shooting death of Mr. Richard Lee Richards at the Lowe’s at 1800 West Valencia Road on November 29 of last year. This morning, Mr. Ryan Remington was served with a summons to court on that charge, and there will be an arraignment next week. He is presumed innocent unless proven guilty in court.
We are not here today to talk about the facts of the case, and there is a very important reason for that. I have ethical duties not to comment on the facts of pending cases, and even more importantly, I will always hold very hallowed the constitutional right to a fair trial. Because of the decision by the grand jury to press forward, it appears now this case will go to trial, and we will do our best to ensure it will be a fair trial.
We are here today to talk about the process by which it took to finally arrive at this day. As I have been attempting to do since arriving last year, I seek to peel back the mysterious layers of the criminal justice system, to make it more accessible and transparent. And so today, we will walk through the process of such a case and the extraordinary hard work by so many that led to this moment.
On the night of the shooting, the homicide callout phone received a report of the incident. This happens with all fatalities where criminal activity is involved in Southern Arizona, and yes, at times that has meant every night in the last 18 months. We have a dedicated team of veteran prosecutors who go out to the scene in real time to make observations that may lead to criminal charges eventually being filed. Given the gravity of the situation on this night, Mark Hotchkiss, the Bureau Chief for all Major Crimes and Homicides, reported to the scene himself. I will always be grateful for his work that night and since.
Just days following the shooting, I put out a recorded statement asking for calm and promising that we would conduct a thorough investigation. In the weeks and months that followed, I said again and again that we would
do this Right and Not Rushed. I was determined, and so were my colleagues here with me today, that we would set aside emotion and do the work of justice.
The task before me was to create a commission, a think tank of experience to help us navigate such a case. To that end, our office put together a team of seasoned former prosecutors from outside of Pima County to help guide the investigation and inform our decision on how to proceed with potential prosecution. Importantly, by bringing veterans in who have no attachment to Pima County, we brought independence into our investigation. The attorneys who assisted with this included Rick Romley, the longtime Maricopa County Attorney, and Don Conrad, a veteran litigator who served Maricopa County, the Arizona Attorney General’s Office, and the United States Attorney’s Office. Between the two of them, we added decades of prosecutorial experience, we added independence, and we added direct, relevant experience from several officer-involved trials in recent years in the Phoenix area. This was critical, as the last jury trial of an officer accused of an unlawful shooting here in Pima County stemmed from events dating back to 1989.
Those two experienced prosecutors enhanced the PCAO attorneys who bring a combined 200-plus years of experience to the Homicide Panel that meets with me every Monday to work through all our homicide cases. Bolstered by the outside experience, PCAO’s criminal prosecutors conducted a preliminary review to determine what additional aspects of the incident required further investigation to do the case justice.
From there, we hired a number of expert witnesses with diverse expertise in similar cases to fully inform our review panel. We conducted our own investigation independent of what the Tucson Police Department had done. That exhaustive review took months to complete. When their work concluded, we reconvened the panel and reviewed it all again. By early summer, it became clear we would begin the work to convene a grand jury to consider criminal charges.
Because the gravity of this case requires handling by a talented, veteran team, our most senior prosecutors and legal staff have been assigned to this complex matter.
In assembling this team and completing this thorough process, this office has been true to our promise that we will take the time necessary to do things right, and not rushed for any reason. My office, despite considerable pressure to rush to judgement, took careful, calculated, and thorough steps to come to this decision. We took the time we needed to get it right.
There is no joy in this announcement today. No joy. I cannot turn back the hands of time. Not for Mr. Richards and not for Mr. Remington and his colleagues.
But we have an absolute obligation to seek justice for the citizens of Pima County. Rest assured that when challenging events occur that require our consideration, we will go quietly and steadily about our work, and we will do what we believe is right.
And with that, we’ll get back to work.
I thank you again for your time.
Gracias por venir con poco tiempo de anticipación.
En este momento, enviaremos estos comentarios en español a nuestros socios de medios, y con nuestro agradecimiento.
Ayer a última hora un gran jurado del Condado de Pima determinó que un cargo de homicidio era apropiado por la muerte a tiros del Sr. Richard Lee Richards el 29 de noviembre del año pasado en la tienda Lowe’s ubicada en
1800 West Valencia Road. Esta mañana, al Sr. Ryan Remington se le entregó una citación para comparecer a los tribunales por ese cargo, y la próxima semana tendrá lugar la audiencia de lectura de cargos. Se presume que él es inocente mientras no se pruebe su culpabilidad en un juicio.
Hoy no estamos aquí para hablar sobre los hechos del caso, y existe una razón muy importante para ello. Tengo deberes éticos de no hablar sobre los hechos de casos que están pendientes, pero más importante aún, siempre mantendré sagrado el derecho constitucional a un juicio justo. Debido a la decisión del gran jurado de seguir adelante, parece que este caso ahora irá a juicio y haremos todo lo posible por garantizar que sea un juicio justo.
Nos encontramos aquí hoy para hablar sobre el proceso que se llevó a cabo para finalmente llegar a este día. Como lo he intentado hacer desde que llegué el año pasado, deseo develar las misteriosas capas del sistema de justicia penal, a fin de hacerlo más accesible y transparente. Así es que hoy, revisaremos el proceso de este caso y el extraordinario y arduo trabajo de muchos que nos llevó a este momento.
La noche del tiroteo, la línea de llamadas de homicidio recibió un informe del incidente. Esto es así con todas las fatalidades que involucran actividades delictivas en el sur de Arizona, y sí, a veces esto ha significado todas las noches en los últimos 18 meses. Tenemos un equipo dedicado de fiscales experimentados que van al lugar de los hechos en tiempo real para hacer observaciones que podrían llevar a que eventualmente se presenten cargos penales. Debido a la gravedad de la situación de esa noche, Mark Hotchkiss, Jefe de la Oficina para todos los Homicidios y Delitos Graves, acudió personalmente al lugar de los hechos. Siempre estaré agradecida por su trabajo de esa noche y posteriormente.
Tan solo unos días después del tiroteo, emití un comunicado grabado donde solicitaba la calma y prometía que llevaríamos a cabo una investigación minuciosa. En las semanas y meses siguientes, repetí una y otra vez que haríamos esto de manera correcta y no apresurada. Estaba decidida, al igual que mis colegas que están aquí conmigo hoy, a que dejaríamos de lado las emociones y haríamos el trabajo de la justicia.
La tarea que tenía por delante era crear una comisión, un grupo de expertos para ayudarnos a navegar este caso. Con este fin, nuestra oficina formó un equipo de experimentados exfiscales de fuera del Condado de Pima para ayudar a guiar la investigación e informar nuestra decisión sobre cómo proceder con el posible enjuiciamiento. Cabe destacar que, al traer fiscales experimentados que no tienen ningún vínculo con el Condado de Pima, le dimos independencia a nuestra investigación. Los abogados que ayudaron con esto incluían a Rick Romley, el fiscal por mucho tiempo del Condado de Maricopa y Don Conrad, un experimentado litigante que se desempeñó en el Condado de Maricopa, la Oficina del Fiscal General de Arizona y la Oficina del Fiscal de Estados Unidos. Con ellos dos, agregamos décadas de experiencia procesal, agregamos independencia y agregamos experiencia pertinente, directa de varios juicios de agentes de policía realizados en los últimos años en el área de Phoenix. Esto fue crucial, puesto que el último juicio por jurado de un agente de policía acusado de tiroteo ilegal aquí en el Condado de Pima provenía de incidentes que se remontaban a 1989.
Esos dos fiscales experimentados fortalecieron a los abogados de la POCA que en conjunto aportan más de 200 años de experiencia al Panel de Homicidios que se reúne conmigo todos los lunes para trabajar en todos nuestros casos de homicidio. Potenciados por la experiencia externa, los fiscales penales de la PCAO realizaron una revisión preliminar para determinar qué aspectos adicionales del incidente requerían de una mayor investigación para hacerle justicia al caso.
A partir de ahí, contratamos a varios testigos expertos con variada experiencia en casos similares para informar completamente a nuestro panel de revisión. Llevamos a cabo nuestra propia investigación, independiente de lo que el Departamento de Policía de Tucson había hecho. Esta revisión exhaustiva tomó meses completarla. Cuando su trabajo concluyó, nos reunimos nuevamente con el panel y lo revisamos todo otra vez. A principios
del verano, quedó claro que comenzaríamos el trabajo de reunir a un gran jurado para que considerara cargos penales.
Puesto que la gravedad de este caso requiere ser manejado por un equipo experimentado, talentoso, se han asignado a los fiscales y personal legal más superiores a este complejo asunto.
Al formar este equipo y completar este exhaustivo proceso, esta oficina ha sido fiel a la promesa de que nos tomaremos el tiempo necesario para hacer las cosas bien, y a no apresurarnos por ninguna razón. Mi oficina, a pesar de una considerable presión para que nos apuráramos a emitir un juicio, dio pasos cuidadosos, calculados y minuciosos para llegar a esta decisión. Nos tomamos el tiempo necesario para hacer las cosas bien.
No hay alegría en este anuncio de hoy. No hay alegría. No puedo volver el tiempo atrás. No para el Sr. Richards ni para el Sr. Remington y sus colegas.
Pero tenemos la obligación absoluta de buscar justicia para los ciudadanos del Condado de Pima. Tengan la seguridad de que cuando ocurran acontecimientos difíciles que requieren ser considerados por nosotros, haremos nuestro trabajo tranquilamente y sin parar, y haremos lo que nosotros creemos que es lo correcto.
Y con esto, ahora regresaremos al trabajo.
Y gracias otra vez por su tiempo.
